La automatización en la intralogística ha sido una de las grandes revoluciones en el sector, especialmente con la introducción de los vehículos de guiado automático (AGV) y de los vehículos móviles autónomos (AMR). Todos ellos equipados con tecnología de última generación, son capaces de desplazarse de forma autónoma por las instalaciones de una empresa, sin necesidad de ser guiados por un conductor.
La implementación de los vehículos autónomos no solo permite mejorar la eficiencia en la gestión de la intralogística, sino que también contribuye a reducir los costes operativos, minimizar los errores en la manipulación de los productos y mejorar la seguridad en el almacén. Esto se debe a que los autómatas están equipados con sensores y cámaras que les permiten detectar obstáculos y evitar accidentes. Además, al ser controlados por un sistema centralizado, es posible monitorizar su actividad y realizar un seguimiento detallado de la mercancía en tiempo real.
La combinación de los AGV y los AMR permite optimizar los procesos de almacenamiento y preparación de pedidos. Los AGV son ideales para transportar grandes volúmenes de mercancías a largas distancias, mientras que los AMR son más flexibles y adaptables a diferentes tareas y entornos. Ambas tecnologías son capaces de trabajar en conjunto, garantizando una mayor eficiencia en la gestión logística.
En definitiva, la incorporación de la automatización es una oportunidad para las empresas de mejorar sus procesos, aumentar su productividad y mejorar su competitividad en el mercado. Por ello, la inversión en tecnología y en la automatización de los procesos es esencial para garantizar un futuro exitoso en la gestión logística.